En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de aceites y a veces existe desconocimiento acerca del producto, sin saber si lo que estamos comprando es realmente saludable o no. Además, si añadimos la publicidad engañosa, pues tampoco nos ayuda mucho, y terminamos decidiendo más por precio que por calidad.

¿Qué diferencia hay entre grasas?

Todas las grasas vegetales procedentes de un fruto o una semilla que tienen la  misma composición:

Un 98-99% de compuestos saponificables, que son los triglicéridos formados por ácidos grasos.

Un 1-2% de compuestos insaponificables, donde abundan los polifenoles, que tienen carácter antioxidante. 

Tan solo los aceites vírgenes mantienen esta pequeña fracción saludable, los aceites que tienen que ser refinados antes de ser consumidos la pierden.

En realidad, son muy pocos los aceites que pueden consumirse sin un proceso previo de refinado.

Aunque la composición es la misma, en rasgos generales, las grasas se diferencian unas de otras por sus ácidos grasos. Así, por ejemplo, encontramos altos porcentajes de ácido oleico en los aceites de oliva, y de linoleico y coco de láurico en los de girasol.

Cada ácido graso tiene propiedades distintas, que dependerá de su estructura, la longitud de su cadena y el número de insaturaciones. Son los responsables de las propiedades saludables de las grasas.

Dicho esto, pasamos a hablar de los aceites que podemos encontrar en un lineal del supermercado.

Aceite de Oliva Virgen Extra

Es el aceite de mayor calidad dentro de los aceites de oliva y, por consiguiente, del resto de grasas. Para obtenerlo, se precisan procesos físicos y mecánicos de aceitunas recién recolectadas del árbol en excelente estado. Está compuesto de un 98-99% de triglicéridos, donde el ácido oleico es el ácido graso más abundante. Además de un 1-2% de una fracción mínima, insaponificable, formada por compuestos antioxidantes, principalmente, que le brindan grandes propiedades saludables. El alto contenido en ácido oleico y los antioxidantes que posee, lo hacen muy resistente frente a la oxidación.

Aceite de Oliva Virgen

Para su proceso se requieren los mismos pasos que en el anterior, pero es de menor calidad, ya que presenta pequeños defectos en su análisis organoléptico y/o mayor acidez. 

Aceite de Oliva

Dentro de los aceites de oliva, éste es el de menor calidad, ya que se obtiene al mezclar aceite refinado de oliva con un pequeño porcentaje de aceite de oliva virgen. Los aceites de oliva vírgenes no aptos para el consumo humano, lampantes, se refinan para eliminar la parte perjudicial. Así, también pierden los antioxidantes naturales, el color, el olor y el sabor y solo aportan una pequeña cantidad de los atributos perdidos.

Aceite de Orujo de Oliva

Podemos decir que el aceite de orujo es un subproducto de los aceites de oliva. Una vez se ha extraído el aceite de la aceituna, queda una pasta con restos de pulpa y hueso con un 5-10% de aceite, que no puede ser extraídos por medios mecánicos. Esta pasta es conocida como orujo y necesita un proceso químico para extraer el aceite. Este aceite se refina tras su extracción y se le añade una pequeña cantidad de aceite de oliva virgen para ser consumido. 

Aceite de girasol

El aceite de girasol procedente de las semillas de los girasoles, es una grasa refinada muy consumida por ser muy insípido. Cuenta con un alto contenido en ácido linoleico, por lo que se enrancia con mucha facilidad. Además, al ser un aceite refinado no contiene la parte antioxidante saludable, tan solo un pequeño porcentaje de vitamina E que se añade después de su refinación.

Aceite de girasol alto oleico

Este aceite es el mismo que el anterior pero extraído de semillas de girasol sometidas a una modificación química, que no genética, para que produzcan aceite con mayor cantidad de ácido oleico en lugar de linoleico, para que sea más saludable y más resistente a la oxidación. 

Aceite de girasol virgen

Este tipo de aceite se obtiene de la pipa del girasol gracias a métodos mecánicos y sin refinar. Su sabor es muy intenso a pipas y conserva un pequeño porcentaje en antioxidantes. La composición grasa es la misma que los anteriores, donde abunda el ácido linoleico.

Aceite de coco

El aceite de coco presenta una grasa saturada con ácidos grasos de cadena corta. Esto hace que no sea tan perjudicial como otras grasas sólidas. Se extrae de la pulpa del coco seca y se refina antes de su consumo. Principalmente se utiliza en cosmética por sus propiedades humectantes, pero poco a poco comienza a coger popularidad en la cocina, a pesar de su elevado precio. 

Aceite de coco virgen

Para conseguir este aceite, hay que extraer la pulpa del coco húmeda y no precisa refinarlo para consumirlo. Su composición grasa es igual que la del aceite anterior pero con un pequeño porcentaje de antioxidantes.

Aceite de aguacate

Este tipo de aceite presenta muchas propiedades beneficiosas para el organismo, ya que en lo que se refiere a su grasa es de las más saludables que podemos tomar con altos niveles de ácidos grasos monoinsaturados. No obstante, en España solo lo encontramos refinado, por lo que nos llega un sucedáneo de lo que realmente es. Por lo que es mejor elegir AOVE.

Para resumir, podemos decir que si tenemos que elegir, sin duda nos quedamos con los aceites de oliva vírgenes, por ser zumos de fruta obtenidos mediante procesos mecánicos y nunca industriales. Y es que son perfectos para el consumo diario, principalmente en crudo y el virgen es ideal para cocinar. Si tenemos en cuenta las propiedades saludables, está claro que nos decantaremos por el AOVE. 

En Aceites Candón somos productores de Aceites de Oliva y en nuestra tierra tenemos los mejores Vírgenes Extra del mundo. Nuestro AOVE es la base de nuestra gastronomía y cultura culinaria, además de ser la grasa más saludable y tener unos atributos organolépticos inigualables.